Cojines de ganchillo

Cuando iba a nacer su primera bisnieta, mi abuela Teresa le pidió a mi hermano que le sacase en cuadrícula las letras para poder hacerle un cojín de ganchillo a Mar con su nombre. Meses más tarde pasaba lo mismo con mi primera sobrina, Lucrecia.

Mi abuela se ha pasado la vida literalmente haciendo ganchillo. Tapetes, puntillas para mantelerías, sábanas y toallas, colchas... pero nunca antes había hecho nada más allá de sus revistas de "Muestras y Motivos"

Debió ser intenso el sentimiento que la sacara de sus ganchillos clásicos de motivos geométricos y vegetales y tonos apagados. Debió sentir que ahora que el ajuar de todas sus nietas estaba completo y repleto, le tocaba improvisar para sus bisnietas.

Al poco de cumplir un año Mar, la enfermedad hizo que mi abuela no pudiera hacer ganchillo nunca más.

Por eso, cuando nació su siguiente bisnieto, Antonio, sentí la necesidad de hacerle un cojín de ganchillo con su nombre, como hubiera hecho mi abuela.

Y así he seguido con unos tantos más ...

El último ha sido Pepe y en proyecto tengo a Lucía.

He pedido a las madres de las niñas y niños propetarios de estos cojines que me manden imágenes para ilustrar esta historia.

El primer cojín con nombre que hiciera mi abuela, el de Mar.

Mi primera sobrina, Lucrecia y el segundo cojín con nombre.

Mi sobrino Antonio y mi primer cojín con nombre.

Mi última sobrina, Alegría. La "g" es una "e" que se ha caído.
Empecé a usar hilo DMC Natura, 100% algodón, que me gusta...

Claudia preparándose para ver sus dibujos preferidos

Claudia absorta con Dora.

Manu ayudando a su hermana Carla a posar.

Clara aprendiendo a sonreir.

Clara, ya experta en sonrisas.

Leo y Martín queriendo cogerse de la mano

Nacieron cerca del mar...

Leo tan tranquilo.

Martín acechando.

El cojín de Pepe por detrás tiene tela japonesa de peSeta, que me regalaron Alfonso y Diana

El cojín de Pepe posa así de solemne, y mi sobrino duerme con él todas las noches.